Este sector industrial pide grandes cantidades de cal viva en forma de terrón con una calidad constante, alta reactividad y bajos contenidos en azufre, fósforo y CO2 residual.

La cal interviene en la fase de fusión en los altos hornos y como agente de afinamiento de los aceros en la eliminación de impurezas por sus propiedades de desulfuración, de desfosforación así como fraguante y fluidificante de las escorias, reteniendo las impurezas típicas como son la sílice, el fósforo, el azufre y, en menor escala, el carbono y el manganeso.

Cuando se estiran los alambres, la cal actúa como lubricante, al igual que cuando se funden moldes de material fuera facilitando el desmoldeo.

La escorificación, desulfuración, desfosforación y refractarios y su protección son misiones encomendadas a la cal.