Nuestros fabricados se aplican en la agricultura y la ganadería por las enmiendas, el tratamiento de los residuos en los gallineros, la alimentación animal y un largo etcétera.
Se utiliza como reactivo por su alta velocidad de reacción, para la elaboración de jabones cálcicos destinados a la fabricación de aditivos y derivados de pienso animal.
Es una solución de sulfato de cobre a la que se agrega lechada de cal con cantidad suficiente para la neutralización; estos dos líquidos se preparan por separado y después se mezclan. Con ellos se mojan las plantas atacadas por los organismos nocivos siendo muy eficaces sobre todo para combatir el mildiu en el viñedo, el fusicladium en los árboles frutales, el tizón americano, la podredumbre de las hojas y tubérculos en la patata, etc...
El suelo de los gallineros siempre está cubierto de paja mezclada con restos de pienso y defecaciones de gallinas. Esta mezcla suele estar húmeda, siendo caldo de cultivo por los malos olores y los parásitos de las gallinas, propagándose con gran facilidad enfermedades como la coccidiosis. La cal apagada, reduce la acción bacteriana, actúa como agente esterilizante y deja el manto suelto permitiendo así la circulación del aire y la evaporación de la humedad. Los residuos tratados con cal apagada son un excelente fertilizante conocido como gallinaza. Habitualmente se aplica en los campos de cultivo, aportando fósforo, nitrógeno, potasio, calcio, magnesio, azufre y materia orgánica.
Las enmiendas cálcicas y magnésicas son la base de la agricultura moderna y racional:
Participan en la buena gestión de los campos (acidez, porosidad, actividad biológica del suelo,...).
Permiten la fertilización óptima mineral y orgánica (mejor racionalización de las explanadas de estiércol).
Valorizan las producciones vegetales y animales (calidad de la hierba, calidad de los cereales, etc.).