Algunos estudios demuestran que el uso de la cal en distintos procesos de fabricación puede reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera

La cal es uno de los materiales más desconocido por los ciudadanos. La mayoría de personas desconocen la gran cantidad de usos que puede darse a este producto, que durante la pandemia de la Covid-19 fue considerado un bien esencial para la sociedad. La cal, en diferentes formatos, se usa en un gran número de procesos industriales, buena parte de ellos, aplicaciones medio ambientales.

En Europa se fabrican anualmente unos 20 millones de toneladas de cal. Cales de Pachs, con sede en Pacs del Penedès, es uno de los productores más importantes. En los últimos años, la compañía del Penedès ha basado su evolución en la búsqueda de nuevos usos para este producto, algo que le ha valido el reconocimiento de la administración, tanto la autonómica como la estatal, por su capacidad innovadora.

La producción de cal implica el calentamiento de la piedra caliza (CaCO3) para transformarla en cal viva (CaO) de gran pureza. En esta acción se libera dióxido de carbono (CO2) como parte de la reacción química, llamada “CO2 de proceso”. Esto significa que la producción de cal es, de forma inherente, un proceso intensivo de carbono, y que existe .

Para tratar de adaptarse a la normativa europea en cuanto a la reducción de gases de efecto invernadero, el sector de la cal lleva años trabajando en mejoras en los procesos de producción. Una de las más importantes es potenciar la capacidad que tiene la cal de capturar el CO2 de la atmósfera cuando se vuelve a convertir en piedra caliza. Este proceso se conoce con el nombre de carbonatación.

Algunos estudios apuntan a que en determinadas aplicaciones, como la purificación de agua potable, la tasa de carbonatación alcanza el 100%. Esto significa, que todo el CO2 que se emite cuando se fabrica el producto, se recupera cuando éste se utiliza para producir agua potable. Esta captura de dióxido de carbono es permanente, lo que significa que no vuelve a liberarse a la atmósfera, y se produce –en la mayoría de procesos– durante el primer año.

Posibilidades de mejora

Un estudio encargado por EuLA (European Lime Association) apunta que la tasa de carbonatación natural del sector de la cal en Europa, podría ser, en promedio, del 33% de emisiones de CO2 de proceso que se generaron a la hora de producir la cal. Además, el mismo trabajo demuestra que es posible llegar hasta un 40% de tasa de carbonatación, si se aplican técnicas de carbonatación mejoradas.

Un ejemplo de esta posibilidad de mejora es lo que ocurre con la aplicación de la cal en la purificación de gases de combustión (el Tecnical Air, uno de los productos estrella de Cales de Pachs, tiene esa finalidad). En este caso, la tasa de carbonatación es del 32% pero puede llegar a ser del 64% si se aplican mejoras. También se ha demostrado que este proceso es efectivo en aplicaciones metalúricas, de construcción, fabricación de papel o aluminio.